En su país, en su cultura, ¿hay alimentos un tanto peculiares? ¿Podría comer ancas de rana, lengua de buey, foie gras, ostras, caracoles, como comen algunos en Francia? ¿Le parece a usted que el chocolate tiene un sabor a tierra? ¿Existen alimentos peculiares que podría únicamente comer en algunas ocasiones, en las comidas un poco especiales? ¿Cómo reaccionaría si sus invitados no pudieran adoptar sus costumbres? ¿En el desayuno le gusta más lo salado o lo azucarado? ¿Qué haría usted si sus invitados no pudieran comer los mismos alimentos a las mismas horas, como por ejemplo tomar sopa en el desayuno?
En Francia. Bélgica, Suiza y en Canadá es costumbre comer ciertos alimentos durante las fiestas: las ostras, el foie-gras son a menudo asociados con la navidad, por ejemplo. El postre consiste en una fruta o en algo de pastelería, casi siempre algo azucarado. En Francia, el postre es a veces sustituido por el queso. En cambio, no comemos insectos.
Generalmente, no es de buena educación rechazar un plato que le dan a probar. Incluso si no nos gusta esta preparación o este alimento, es preferible coger un poquito en un plato y probar para no quedar mal con la persona que le ha invitado. Sin embargo, podrá ser excusado por razones de salud (alergia, régimen). Normalmente dejamos el plato vacío para mostrar que ya no tenemos hambre.
En Europa, nos gusta probar las «cocinas del mundo». En las mesas europeas, en casa o en el restaurante podemos encontrar a menudo ingredientes provenientes de otros continentes.
La cocina francesa antepone las hierbas, la sal y la pimienta, e incorpora especias en pequeñas cantidades, en menor cantidad que en África o en Asia.